CLAUDIA AVILA

Negocios Digitales para Emprendedoras de 40 y más


La Pregunta Que Siempre Me Hacen (Y La Respuesta Que Puede Sorprenderte)

Esta mañana, mientras revisaba las preguntas que recibí durante la última sesión del entrenamiento "Crea y Vende tu Curso Online con IA", me detuve en una que aparece constantemente, en prácticamente todos los espacios donde acompaño a emprendedoras:

"Claudia, ¿cómo encuentro la motivación para seguir avanzando cuando las cosas se ponen difíciles, cuando me siento abrumada, cuando me decepciona no obtener los resultados que espero?"


Me quedé reflexionando sobre esta pregunta el fin de semana y sentí que debía compartir contigo algo que he aprendido en mi propio camino emprendedor.


La verdad es que la motivación es una compañera de viaje inconstante. Llega con fuerza al inicio de un proyecto, nos acompaña en los momentos de éxito, pero inevitablemente, nos abandona en algún punto del camino.


¿Conoces lo que los maratonistas llaman "el muro" o "la pared"?


Es ese momento, generalmente entre el kilómetro 30 y 35 de la carrera, cuando el cuerpo agota sus reservas de glucógeno y la sensación que invade a los corredores es que las piernas pesan toneladas.


El dolor es intenso, la mente comienza a jugar en contra, y todas las razones para abandonar parecen perfectamente lógicas.


Es precisamente en ese punto donde la mayoría de los maratonistas abandonan.


Lo curioso es que este fenómeno no solo ocurre en el maratón. Sucede en absolutamente todo proyecto significativo que emprendemos, incluida la creación de tu negocio.


Tendrás tu propio "muro" cuando:

  • La tecnología parezca demasiado complicada
  • Las dudas sobre tu contenido aparezcan
  • No recibas la respuesta inmediata que esperabas
  • Te compares con otras creadoras más "avanzadas"


Y aquí viene la parte importante de mi reflexión: pretender superar ese muro únicamente con motivación es como intentar cruzar el océano en un bote de papel.


La motivación simplemente no está diseñada para sostenernos en los momentos más difíciles. Lo que realmente te llevará del otro lado de ese muro es el compromiso.


El compromiso es esa decisión interior que tomaste antes de comenzar, ese pacto contigo misma que te recuerda por qué estás haciendo esto, incluso cuando todas las sensaciones del momento te gritan que lo abandones.


Por eso quiero compartirte tres verdades que he comprobado una y otra vez:

- No hay resultados sin implementación. Puedes tener el conocimiento más valioso del mundo, pero si no lo conviertes en acción, permanecerá como potencial sin realizar.

- Confiar solo en sentirnos motivadas para implementar no es suficiente. La motivación es como una ola: sube y baja. Construir sobre ella es construir sobre arena.

- Cuando la motivación termina, lo único que queda es el compromiso que tienes con el crecimiento de tu negocio y con las personas a las que viniste a servir.


Algo que he observado en estos años acompañando a cientos de alumnas es revelador: las personas que más éxito tienen no son necesariamente las más talentosas o las que saben más... son las que IMPLEMENTAN rápido y con constancia.


Piénsalo así: la implementación rápida (aunque imperfecta) te permite:

  • Recibir feedback temprano y valioso
  • Ajustar tu oferta según las necesidades reales de tu audiencia
  • Generar un impulso que te ayuda a seguir avanzando
  • Y lo más importante: comenzar a ver resultados tangibles que alimentan ese círculo virtuoso donde el compromiso mantiene la acción, la acción genera resultados, y los resultados reavivan la motivación.


Te comparto algo personal: cuando creé mi primer curso, hubo un momento (alrededor de la mitad del proceso) donde sentí que lo que estaba creando no era lo suficientemente bueno. La motivación inicial se había evaporado y las dudas eran ensordecedoras.


Lo que me hizo continuar no fue un repentino estallido de motivación. Fue recordar el compromiso que había hecho con las personas que ya habían expresado interés en aprender conmigo. Fue honrar la promesa que me había hecho a mí misma de finalmente dar ese paso.


Y resulta que ese curso, con todas sus imperfecciones, cambió no solo mi negocio sino la vida de decenas de alumnas.


Así que mi respuesta a la pregunta sobre cómo encontrar la motivación es, en realidad, una invitación a trascenderla: No busques más motivación. Cultiva un compromiso inquebrantable con tu visión y con las personas a las que viniste a servir.


Me encantaría saber: ¿Has experimentado tu propio "muro" en el proceso de crear tu negocio? ¿Qué te ha ayudado a superarlo?


Cuéntamelo en un email y comparte conmigo tu experiencia. Leeré personalmente cada respuesta. Me encuentras en hey@claudiaavila.com


Te abrazo con cariño,

Claudia

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